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miércoles, 11 de marzo de 2009

Los hechos y la verdad

Con el pasar del tiempo he aprendido algo muy valioso:
"Los hechos por sí solos no son la verdad, sino que son parte de la misma".

Antes de seguir en mi pensamiento, quisiera dejar algo en claro para aquellos lectores que se esconden en el anonimato y argumentan. Sé perfectamente que la verdad está en Jesucristo, pero el tema aquí tratado son los sucesos cotidianos, los incidentes y los problemas a los que se enfrenta el ser humano, a las situaciones como ocurren y como basado en los malos criterios y orgullos venenosos enjuician injustamente. No escribo necesariamente de los acontecimientos que tienen que ver con la espiritualidad. No estoy sacando del panorama a mi Dios, por el contrario, nuestro mismo Creador nos enseña ha que se juzguen las cosas con justo juicio, en adición a eso, la misma Palabra enseña que su Espíritu nos guiará a toda verad (Juan 16:13).

Al parecer muchas personas entienden que al saber algo que encaje perfectamente en sus esquemas de valores, de pensamientos y expectativas eso es lo correcto. Aquello que haga sentir bien eso es bueno. Pero al navegar en ese tipo de aguas lo que se esta haciendo es vivir en un engaño constante que a su vez terminará en un universo de mentiras. Piense por un momento, si todo lo que usted cree sobre un suceso o persona en su totalidad no es verdad, ¿qué haría? ¿Seguiría aferrado a su media verdad que a la larga es mentira? O ¿Buscaría la totalidad de los sucesos para encontrar la única verdad?

Lamentablemente el ser humano está más inclinado hacia el orgullo que a la razón y el perdón, e inclusive, para aquellos que se creen más espirituales les es más fácil admitir o aceptar lo más conveniente, que buscar y encontrar. Curiosamente, en la Biblia hay algo muy interesante que encaja en todo esto. En el libro de Proverbios 27:7 dice lo siguiente:
"El hombre saciado desprecia el panal de miel; pero al hambriento todo lo amargo es dulce".

Puede interpretarse que el hombre saciado es quien cree que sabe perfectamente lo acontecido y el producto de tal "basto conocimiento" produce el desprecio de lo que es verdad. Sin embargo, la persona que no descansa buscando la totalidad del incidente o del problema encontrará la verdad. ¿Por qué puede ser amargo? Porque posiblemente cuando encuentre la totalidad de los incidentes tal como son, no era la media verdad que se creía y en principio eso genera mucho malestar pero aceptará con gozo la verdad aunque estuvo incorrecto.

Amigo y amiga lector si ha pasado o está pasando por una situación difícil con su prójimo le pregunto, ¿está seguro de que conoce todos los ángulos de la situación? ¿Habló directamente con los involucrados o buscó o escuchó por terceras personas lo que aconteció? ¿Su jucio esta basado en lo que ha buscado o en las emociones y sentimientos de ira y enojo? ¿Está dispuesto a encontrarse con la totalidad de los sucesos? Si su contestación es sí, que bueno, pues encontrará y vivirá en paz. Si su contestación es no, que lamentable, su orgullo lo ahogará en sus propias emociones.

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