Lo que cuesta soñar

Tu sonrisa me había dado la certeza de que en la vida hay esperanza. Tu mirada suave y calida me rescataron del abismo frío y cruel de los tiempos. Simplemente tu presencia transformaba el desierto en bosque, el inverno en primavera, la soledad en regocijo. Pero todo era fantasía en mí, una hermosa ilusión en medio de la noche. Quería quedarme allí contigo para siempre. No quería ser rescatdao por los rayos del sol, mas bien quería perderme en la tierna noche de mi deseo. Sin embargo, era inevitable el adios. Tanta hermosura era tan pasajera como una estrellas fugaz. Perdí la calma, la tristeza me arropó. Solo me queda la esperanza de volver ha encontrarte en donde nos encontramos siempre: en mis sueños...